Érase una vez,
hace mucho tiempo, una isla en la que había un pueblecito. En ese pueblecito
vivía una familia muy pobre.
Cuando estaba próxima
la Navidad, ellos no sabían cómo celebrarla sin dinero; entonces el padre de
la familia empezó a preguntarse cómo podía ganar dinero para pasar la noche de
Navidad compartiendo un pavo al horno con su familia.
Decidió que
ganaría algo de dinero vendiendo árboles de Navidad. Así, al día siguiente se
levantó muy temprano y se fue a la montaña a cortar algunos pinos. Subió
a la montaña, cortó cinco pinos
y los cargó en
su carroza para venderlos en el mercado.
Cuando sólo
quedaban dos días para Navidad, todavía nadie le había comprado ninguno de los pinos.
Finalmente, decidió que puesta que nadie le iba a comprar los abetos, se los
regalaría a aquellas personas más pobres que su familia. La gente se mostró muy
agradecida ante el regalo.
La noche de
Navidad, cuando regresó a su casa, el hombre recibió una gran sorpresa.
Encima de la
mesa había un pavo y al lado un arbolito pequeño. Su esposa le explicó que
alguien muy bondadoso había dejado eso en su puerta. Aquella noche el hombre
supo que ese regalo tenía que haber sido concedido por la buena obra que él
había hecho regalando los abetos que cortó en la montaña.
Actividades de
ampliación
1/ ¿Qué habrías
hecho tú en lugar de talar árboles para venderlos?
2/ ¿Qué
conclusiones sacas del texto?
3/ El texto está
dividido en tres partes, ¿recuerdas el nombre de cada una?
4/ Resume el
texto en tres o cuatro líneas.
5/ En el texto
aparecen cinco adjetivos subrayados. ¿En qué grado están?
Modifícalos de modo que
signifiquen lo mismo y sigan en el mismo grado.
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